Larry (Capítulo I)



 Las notas a las dos de la mañana, en un día laboral molestarían a cualquiera... pero no a Larry... el siempre ha preferido hacerlo así, por ese supuesto de que "las cosas a esa hora se sienten mucho más reales, más íntimas" y quizá sea cierto; ¿quién podría acaso opinar lo contrario?. 


Capítulo I


Larry suele proclamar que "cada cabeza es un mundo", uno diverso y lleno de posibilidades, y que ha tenido ansias, desde chico, en conocer la mayor cantidad de mundos-cabeza posibles, de acrecentar su ego de hombre a través del reconocimiento de los mismos y nunca involucrar mucho de sí en el asunto.Creo tal vez que Larry nunca ha estado enamorado, y aunque por su vida hayan pasado varías oportunidades de hacerlo ha decidido mantenerse siempre al margen de ellas; -el amor es para la gente débil... es para la clase de gente que siente el miedo de la soledad y cree que con otra persona a su lado su felicidad se asegura, quizá sin darse cuenta de que... al final la soledad crece dentro de uno mismo, como un descomunal arbusto que va llenando de oscuridad todo nuestro interior, y hasta se hace visible (algunas veces) en el exterior, a través de manifestaciones de desprecio contra el mundo, ese mundo construido sobre la falsedad de otros y sus propios miedos. 

Larry siempre me ha gustado, por su forma tan simple de ver el mundo, sin sombras ni cambios bruscos, quizá por eso hemos sido amigos tanto tiempo. Él era un no tan reconocido escritor. Nos conocimos allá por el 2014 en G..., mientras asistía a una lectura de su sexto libro "¿el paraíso de Dios?", un compendio de poemas soeces que debatían la existencia de Dios y su estancia en este paraíso/infierno que era la Tierra. 

Larry nunca había tenido buena pinta, pues había se emparentado desde muy joven con el alcohol y las peleas en bares le habían dejado huella en el rostro y habían mutilado su cuerpo. Cuando joven, había sido un apuesto negrata de casi dos metros de altura, con cuerpo en forma de cono de helado..., de esos que ciertas mujeres, confiadas en los mitos solían adorar... pero que en verdad había sido mas bien normal (por no decir de "pequeños" complejos). 

Mientras había crecido apuntaba a una brillante carrera de Comunicación Social en la Universidad, y estaba visto que lo conseguiría, pues su voz era potente y la facilidad expresión que manejaba era aún mucho más asombrosa, y eso lo descubrí en esa lectura de poemas cuando le conocí.Pero a Larry el alcohol le había dado tan fuerte que en cierta ocasión -contaba él- estando completamente ebrio al volante de su Volkswagen gris del 76, había pretendido llegar a su apartamento entero, pero un mal volantazo en una curva le había hecho estrellarse contra un kiosco de frutas, y entre los fierros y planchas de metal retorcido se había dejado su mano izquierda; -suerte la mía -decía entre risas- que no fue la otra, porque ahí sí me hubiese jodido la vida.

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