POMPAS FÚNEBRES

 


Malditas revelaciones que me hace la mente... 

¿Dios mio? 

¿Qué va a ser de mi ahora? 



Barrio de diablos y brujos no existe en Quito, pero... Hay ciertas leyendas que se ubican en San Carlos que son prueba fehaciente ... Y aunque yo no lo creí, aquella vez me tocó vivirlo.

Recuerdo un miércoles por la tarde fui por allí con un amigo por asuntos relacionados con faldas ... Sin saber que ese iba a ser nuestro último viaje ... El último encuentro.

Nos alojamos en su casa ... Y su peculiar familia (digo peculiar porque no sabia lo que iban a ser capaces de hacer) nos recibió con todo el gusto.

Comimos y bebimos abundantemente, incluso habíamos mandado a comprar más gaseosa y víveres, por aquella feliz circunstancia... Y tuve esto como un buen augurio de aquel fin de semana.

En la noche este amigo me insistió en que saliésemos a dar una vuelta en la plaza central, a conocer nuestros lugares ... Y yo me negué porque hace tiempo había visto por la ventana que la oscuridad se avecinaba entre la arboleda del barrio a un ritmo tan frenético ... Que me asustó ... Él salió solo entonces ... Pero no regresó, ni a la mañana siguiente, ni en el resto aquel día... Por lo que supuse que había encontrado algo mejor que hacer, y me dispuse a retirarme, a mi bello San Juan, a esos 'lugares mejores '.

 Pero fue lo único que recuerdo.

No sé en realidad cuanto tiempo pasó, ni qué cosas ocurrieron conmigo ... Pero cuando logré despertar, ya nada era como lo había visto antes.

La familia de mi amigo estaba conmigo en la sala de la casa, y un primo, recuerdo bien esto porque me puso en Shock, se estaba haciendo auto felación con un nivel de flexibilidad increíble, mientras que todos los demás veían con cariño un álbum de fotos sobre mi regazo... Mi sorpresa fue enorme cuando al bajar la vista encontré la expresión de mi amigo capturada en una serie de extrañas fotografías, en el bosque, desorbitado y asustado ... 

Totalmente aterrado mi mente grito: ¡HUYE!, pero mis agarrotados músculos no me lo permitieron ... Y una cacofonía comenzó a mi alrededor, mientras esos se ensañaban con algo en algún lugar alejado de aquella casa.

Me desmayé, y cuando me desperté no había nadie; con la cabeza muy pesada, intenté bajar las escaleras hacia la puerta de calle. 

Cuando al fin lo logré, un tono grisáceo daba término a la media tarde, y aunque había un poco de gente nadie se acercó, aunque grité y grité suplicando que me  ayudaran, que estaba muy mal y necesitaba volver a mi casa, la gente solo se alejó, como si fuera un maldito borracho. 

En vista de esto, que no me percaté en un inicio de que comenzaba a sonar una música fúnebre, tenue al principio, para luego ceder el espacio a una especie de alabanzas también altisonantes.

Todo perdió peso, y hasta la gente que paseaba comenzó a sonreír, con una especie de benevolencia gastada y vieja, como la sonrisa carcomida de un anciano a punto de morir.., pobre yo al darme cuenta muy tarde, que sonreían mas no por mí, si no por la pena que me tenían. 

Las noticias me llegan al día siguiente, arrolladoras, porque los titulares decían: 

'joven afrodescendiente es hallado sin vida en una cuneta del barrio San Carlos, con los rasgos  descompuestos y ojos aterradoramente abiertos. Vecinos aseguran que se escucharon gritos en la noche del miércoles, dentro de un inmueble donde habita una de las familias más raras del barrio ' .

Comprendí entonces que era totalmente inútil mi intento de fugar del sitio, porque precisamente la gente que me había estado observando me invitaba ahora a la 'misa' del domingo; y en sus ojos ya no había paz, sino torrentes de lágrimas que salían de sus cuencas vacías. 


 Quito, San Carlos

Sinzoul93










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