Matina (Parte II)

 

Tres días antes del fatídico final, las hijas de Justo se presentaron completamente desnudas ante el padre que dormitaba en una hamaca en el patio aquella tarde;

 como es comprensible, Justo se levantó sumamente asustado, pues hace tiempo que no advertía ya los cambios físicos de sus hijas, por haberle encargado esto a su esposa, y aunque era su padre, ante la visión no tuvo las fuerzas suficientes para reprimir los instintos carnales, y un bulto la apretó el pantalón; sus hijas al parecer se hallaban en una especie de trance, y reían mientras cuchicheaban y miraban la erección del aturdido hombre. Justo intentó huir de la escena, rabioso y confundido por la actitud de sus hijas, pero ellas se apretujaron contra él y le susurraron al oído: “eres el seleccionado… consumirás nuestra carne, con placer, y morirás”. Instantes después llego la madre, y se extrañó del semblante de Justo, que en ese momento se hallaba ya solo, pero con las mejillas encendidas, pero no increpó, y solamente informó que las chicas se hallaban jugando en su cuarto, y que parecían muy felices.

Después del suceso, y no pudiendo concentrarse, Justo había salido despavorido hacia la plaza central del pueblo, y en su precipitada carrera había tropezado con una roca y su pie izquierdo había sufrido un daño considerable; rengo y magullado había llegado a la capilla, y arrodillándose al borde de la histeria había intentado orar. El sacerdote que había visto toda la escena, se había acercado a él y se había ofrecido a cargar con parte de su pena, por lo que Justo había acertado a describirle todo lo que había estado pasando con sus hijas en los últimos días. Ya enterado de todo, el sacerdote había recomendado que Justo trajera a las muchachas con el fin de analizar su comportamiento por separado y dar una solución al problema.

Justo había regresado a su casa con un hálito de esperanza en su corazón, y habíale dicho a su asustada esposa que por despistado había tropezado, pero que no era nada grave, y además que quería pasear con sus hijas al día siguiente para enseñarles un poco a los movimientos del negocio.